581 episodes

Este podcast está dedicado a los cuentos, mitos y leyendas del mundo.

Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda Juan David Betancur Fernandez

    • Kids & Family
    • 5.0 • 5 Ratings

Este podcast está dedicado a los cuentos, mitos y leyendas del mundo.

    Perseo y Andromeda (Cuarta Parte - Milenials)

    Perseo y Andromeda (Cuarta Parte - Milenials)

    Juan David Betancur
    elnarrodororal@gmail.com

    Bienvenidos a había una vez.. Hoy tenemos la cuarta parte de la historia de Perseo. La semana anterior teníamos a Perseo cortándole la cabeza a medusa, la cual guardo con cuidado en su morral y pisándose para que no lo mataran las otras gorgonas. Así que vamos pues. 
     
    Había una vez un joven griego en la antigua Grecia que para salvar a su mama de casarse con el tirano polidectes debía traer la cabeza de la medusa. Después de pasar por donde las grayas de un solo ojo y un solo diente y de haber pasado de lo más de bueno con las ninfas llego al palacio de las gorgonas y usando el escudo para que no lo vieran directamente le corto la cabeza a medusa la enmochiló y se fue como alma que lleva el diablo. Hasta allí habíamos contado. 
     
    Resulta pues que Perseo salió en bombas de humo de aquel palacio y las otras dos gorgonas se quedaron viendo el chispero ya que Perseo utilizando las zapatillas voladoras literalmente se les piso. 
     
    Y cogió rumbo este hacia la isla donde estaba su mama y el viejo polidectes. Cuando llego a lo que hoy es el estrecho entre España y África, decidio dormir allí ya que las aventuras del dia lo habían dejado muy cansadito. 
     
    Así que llego a lo que hoy es el norte de África y toco a las puertas de el amo y señor de esas tierras. El nada más y nada menos que el titan atlas que había sido expulsado por Zeus cuando la batalla con los titanes y lo mando al extremo del mediterráneo y lo obligo a sostener el mundo en sus hombros. Al menos eso dicen aunque yo honestamente no creo que lo hiciera ya que es un contrasentido que estuviera sosteniendo el mundo y al mismo tiempo viviendo en el. O sea algo aquí esta fallando. 
     
    Bueno el punto es que Atlas, que además era el papa de las pléyades, que algún día hablaremos de ellas, vivía en sus tierras y tenía un bello jardín de manzanas de oro. Una huerta de lo más linda y que no quería compartir con nadie. Cuando Perseo le toco la puerta y le dijo que era hijo de Zeus, Atlas se pego que mosqueada tan terrible ya que años antes el oráculo (siii de nuevo el oráculo) le había dicho que un hijo de Zeus le robaría las manzanitas de oro que con tanto juicio había sembrado y cuidado. 
     
    Atlas decidio que este era el hijo de Zeus del que le habían advertido y todo bejuco le dijo. 
     
    Nooo papito aquí no entra, Así que más bien va ahuecando el ala y se me va de aquí. 
     
    Y Perseo que como hemos visto era bastante creidito se delico y se ofendio. Y furioso le dijo a Atlas.
     
    Y es que te vas a meter conmigo…. Mira lo que te tengo. E inmediatamente saco de su zurrón la cabeza de medusa y poniéndosela  en la cara misma de aquel gigante lo convirtió en roca dura y maciza. Recordemos que si medusa miraba a alguien este se convertía en piedra. Pues esto le paso a atlas. Se convirtió en una mole gigantesca de piedra y rocas y hoy la conocemos como los montes atlas que están en el norte de África entre marruecos, algeria y tunes. Y de ahí viene además el nombre de atlántico. En fin el gigante termino hasta de lo más conocido y celebre. 
     
    Continuando por Perseo este se sintió ya más valiente y siguió volando rumbo al este. Y llegando a lo que hoy conocemos como etiopia ve en el horizonte una gran roca y mirando como de refilón ve que en la roca esta atada una mamacita divina divina. El que llevaba días viajando y enfrentando monstruos no podía creer que allí en una roca abandonada estuviera semejante belleza. Así que se dijo a si mismo. Mi mismo tengo que saber cual es el maní con esta muchachota. 
     
    Aquí voy a a abrir un paréntesis, la muchacha se llamaba Andrómeda y era hija de el rey de los etíopes llamado Cefeo que era de lo más feo y de Casiop

    • 10 min
    561. Finn el duende curioso (Infantil)

    561. Finn el duende curioso (Infantil)

    Juan David Betancur
    elnarrodororal@gmail.com

    Había una vez un duende curioso llamado Finn que habitaba en un bosque encantado. A diferencia de sus compañeros, que preferían quedarse cerca de sus honguitos y esconderse de los humanos, Finn anhelaba explorar más allá de los límites del bosque.
    Un día, mientras los rayos dorados del sol se filtraban entre las hojas de los árboles centenarios, Finn decidió aventurarse más allá de los árboles familiares. Siguió un sendero estrecho, donde las sombras se alargaban y los sonidos del bosque se volvían más misteriosos.
    En su búsqueda de lo desconocido, Finn encontró una puerta tallada en el tronco de un antiguo árbol. La puerta estaba cerrada, pero una inscripción en ella decía: “Solo los curiosos pueden entrar”. El corazón de Finn latía con emoción. ¿Qué secreto se ocultaba detrás de esa puerta?. De pronto se pregunto…. Podre yo entrar…. De pronto recordó lo que su madre le decía….. tu eres el mar curioso de los duendes del bosque.
    Si…. Yo podre entrar se dijo Finn. 
     
    Con un toque de su dedo diminuto toco la puerta con la certeza de que el seria el elejido, De pronto con un sonido misteriosos la puerta se abrió lentamente. Ante él se extendía un sendero luminoso, rodeado de flores que brillaban como estrellas. 
     
    Wow dijo Finn…. Es un camino dentro de una arbol del bosque…. Esto debe ser lo más fantástico que yo he visto en mi vida. Finn no pudo resistirse y se adentró en el camino.
    El bosque encantado se transformó a su alrededor. Los árboles parecían cobrar vida y algunos de ellos le guiñaban un ojo mientras el caminaba, las hojas de los arboles le  susurraban historias antiguas y las luciérnagas danzaban en torno a él formando un cielo lleno de estrellas. Finn se maravilló ante la belleza y la magia que lo rodeaba. 
    A medida que avanzaba, encontró criaturas inusuales: hadas traviesas, gnomos parlantes y árboles sabios. Cada uno tenía una historia que contar y un enigma que resolver. Finn a medida que se sumergía en el bosque encantado iba encontrando más misterios, acertijos y secretos. Y por cada uno de ellos debian usar su inteligencia y su curiosidad para entenderlos y resolverlos. Finn se encontraba así en un mundo que lo motivaba a participar. Recordo que gracias a que cuando era niño había leído mucho podía resolver todos los misterios. Agradecio a su mama que desde bebe le leia y a los libros que disfrutaba leyendo
    Un día, llegó a un claro donde un árbol ancestral se alzaba majestuoso. Su corteza estaba cubierta de símbolos magicos. Finn sabía que este árbol guardaba la respuesta a su mayor enigma.
    Con manos temblorosas, tocó la corteza rugosa. Los símbolos  cobraron vida y formaron palabras en su mente: “La curiosidad es la llave que abre todas las puertas”. Finn sonrió. Había encontrado su respuesta a la pregunta que se hacia desde que era muy joven. Siempre había sido curioso y ahora veía como esto le permitía vivir en un mundo maravilloso. 
    Desde entonces, el duende curioso se convirtió en el guardián del bosque encantado. Guiaba a otros curiosos a través de las puertas secretas y les enseñaba que la magia y los enigmas estaban en todas partes, esperando a ser descubiertos por aquellos dispuestos a mirar más allá.
    Y así, Finn vivió felizmente en el bosque, rodeado de misterio y maravilla. Su curiosidad nunca se desvaneció, y su corazón siempre latía al ritmo de los secretos que aún quedaban por descubrir

    • 6 min
    560. Pescador, Lucero y Rio

    560. Pescador, Lucero y Rio

    Juan David Betancur
    elnarrodororal@gmail.com

    Hoy tenemos un cuento basado en una canción llamada pescador, Lucero y rio de Silva y Villalba. Se las recomiento. 
     
    Había una vez un pescador que vivía en un pequeño bohío de madera y paja. El pescador tenía siempre la misma rutina. Cuando el sol había caido sobre el horizonte y los colores de la noche comenzaban a tomar forma en el firmamento, el pescador se preparaba para la labor nocturna de salir a tirar la atarraya que siempre lo acompañaba.
     
    La atarraya había estado con el como única compañía desde que su familia lo había abandonado y el se había quedado solo. Ta atarraya era pues para el la herramienta que le servia para tomar el sustento diario  y para con los excedentes  poder subir al pueblo y comprar algunos viveres. 
     
    Aquella noche, como todas las noches el barquero simplemente se coloco su camiseta raida por el uso diario y una pantaloneta desteñida que ya había abandonado sus colores hace muchos años. Tomando un balde de plástico, se dirigió a la oriya del rio que deambulaba plácidamente por la región. Su bohío estaba a escasos metros de aquel rio y podía sentir el suave murmullo que este producia cuando acariciaba las piedras de la orilla. 
     
    Aquel pescador tenía su barca al lado mismo de su humilde bohío y después de salir de el tomaba el frente de la barca y jalándola la arrastraba hasta que esta empezaba a sentir el movimiento del rio. Después de colocarla enteramente sobre las aguas calmas levantaba el bulto con la atarraya y lo dejaba caer pesadamente sobre los maderos desgastados y grises de su barca. 
     
    Aquel día era otro día como cualquiera y la noche era otra noche como cualquiera. O al menos así creía el pescador. 
     
    Después de remar silenciosamente, el pescador y su barca se dirigían delicadamente a un meandro formado por el rio donde el pescador sabía que los peces más grandes se refugiaban para descansar durante la noche. Infinidad de noches había pasado anteriormente en el mismo lugar y sabía muy bien que era allí podría tirar las redes 
     
    Pero aquella vez algo sucedió totalmente diferente. La noche era brillante, con miles de estrellas reflejándose sobre aquel placido lugar del rio. Como de costumbre el barquero recogio la atarraya y la lanzo como solo un curtido pescador lo puede hacer. Aquel manojo de cuerdas se abrio como un gran abanico y suavemente se deposito en la superficie del agua. Con delicadeza pero con energía constante el barquero comenzó a recoger la red, pero algo le llamo la atención. El peso de la red era el mismo y ciertamente no había recogido ningun pez. Pero en la red había una luz que nunca había estado allí. Levantando la red la puso en su barca y abriendo las líneas de la red vio que en su red había atrapado un lucero. 
     
    Un lucero que antes estaba en el cielo y que reposaba en el agua junto con otros tantos miles de reflejos de las estrellas había quedado atrapado en uno de los dobleces de la red. El pescador que durante un sin numero de años había observado el titilar pálido de las estrellas rápidamente reconoció el origen. Tenía un lucero en sus redes. 
     
    De la alegría que esto le produjo, remo cautelosamente hasta la orilla de rio al frente de su bohío y con suavidad llevo la red hasta el interior de su hogar. Allí estiro la red de nuevo y dejo salir el lucero que sintiéndose libre subió a lo alto del bohío y desde allí ilumino aquella vivienda. 
     
    El Barquero no podía creer lo que veía. Su pequeño hogar que siempre había sido oscuro durante las noches al no tener más que un velón encendido ahora estaba iluminado en su totalidad con la más calidad de las luces que ser humano pudiera soñar. 
     
    Era tal la felicidad que ten

    • 6 min
    559. Perseo - Tercera parte (Milenials)

    559. Perseo - Tercera parte (Milenials)

    Juan David Betancur
    elnarrodororal@gmail.com
    Había una vez en la antigua Grecia un muchacho que estaba decidido a cumplir con una promesa que había hecho a un rey llamado polidectes de que le traería la cabeza de medusa con tal de que no forzara a su mama a casarse con el. En fin como habíamos visto las semanas anteriores, el muchacho que no era ningun pintado en la pared había recibido una espada de Hermes y un escudo brillante como un espejo de Atenea. Llego hasta donde las grayas que tenían un ojo y un diente y las obligo a que le dijeran como llegar donde las gorgonas. Ella le dijeron que se pasara primero a tomar unas cuantas selfies con las ninfas y estas como se dice vulgarmente se lo gozaron un buen rato. Y agradecidas le dieron el casco de hades, las zapatillas voladoras y una alforja mágica llamada kibisis
     
    Y así como en los juegos de misiones donde uno va recorriendo encontrando diferentes objetos para enfrentar el monstruo más adelante, o creen que eso nos lo inventamos en el siglo XX… Noo eso viene desde la antiguieda. Pues en este juego de misiones Perseo ya tenía 5 objetos mágicos. Tenía en su arsenal la espada en forma de hoz, tenía el escudo brillante, tenía las botas voladoras tipo air jordan, tenía el casco que lo hacia invisible y tenía la mochila donde cabia cualquier cosa. En fin el hombre como se dice coloquialmente estaba mas preparado que un yogurt. 
     
    Perseo se sentía un guerrero y dispuesto a enfrentar a las gorgonas en su propio palacio ya que tenía todos los consejos de las grayas, las ninfas e iba acompañado de la misma atenea – minerva para los romanos. 
     
    Así que se puso sus boticas voladoras y estas abrieron las preciosas alitas y empezó a volar por el mar hasta llegar al extremo oeste donde quedaba el palacio. Y que palacio. Esas gorgonas vivían como youtuber con millones de seguidores…. Todo era elegante y amplio y lleno de columnas. Y allá aterrizo Perseo. Como las gorgonas eran tan fieras y tan temidas no necesitaban de guardias o guardaespaldas. Así que el hombre entro como pedro por su casa y despacito se fue acercando a donde dormían las gorgonas y es tan de buenas que las encontró dormidas. Pero Dicen que mientras medusa dormía las serpientes de su cabeza estaban alertas y leyendo mensajes en Instagram. Como hacen las niñas mientras las mamas se van a dormir. Pues cuando Perseo llego donde la medusa una de las serpientes despertó a la gorgona y esta abrio los ojos. Recordemos que el poder de la medusa era convertir al que viera con sus ojos en piedra. Así que Perseo salto a lo Michael jordan y atenea le puso el escudo frente a los ojos  para que viera el reflejo de la gorgona y ella no lo pudiera ver directamente. 
     
    Y en pleno vuelo saco la espadota que le había dado Hermes y suaquete le mando el sablazo cortándole la cabeza. 
     
    Y la cabeza con culebras y todo  cayo a los pies de la gorgona  y Perseo que ve esto y aterriza donde estaba la cabezota y con mucho cuidado para que no lo mordieran las serpientes coge la cabeza y la mete en la mochila mágica llamada Kibisis. Precisamente era mágica porque le cabia todo lo que uno metiera en ella. 
     
    Pues allí estaba la gorgona sin cabeza y de pronto de su cuello empezó a salir un caballo blanco como la nieve  y con alas que se llamaría pegaso  y luego salió un hombre totalmente formado con una espada dorada llamado Crisaor. 
     
    Aquí vale la pena abrir un paréntesis. Resulta que medusa antes de ser un monstruo era una bella doncella que vivía en Atenas, era hija de Forcis y Ceto y era la única normal porque las otras dos  hermanas eran verdaderos monstruos.  A Medusa  le gustaba caminar por el templo de atenea. Pues un día el dios poseidon, el rey de las aguas, vio en un feed de  Instagram que ella

    • 8 min
    558. Taligvak (Alaska)

    558. Taligvak (Alaska)

    Juan David Betancur
    elnarrodororal@gmail.com

    Habia una vez en un pueblo en el océano artico de Alaska había una tribu de cazadores de focas. Aquel año en particular las focas no habían sido posible de ser cazadas debido a que las tormentas de nieve ahuyentaban a las focas. Por esta razón en el pueblo se estaba pasando mucha hambre.
     
    Desesperados por la situación Los cazadores decidieron invitar a algunos magos famosos al gran iglú donde se celebraban los ritos para que con sus dotes pudieran invocar a los espiritus beneficos. Los magos realizaron sus ritos allí en el galgie que era como llamaban el gran iglú, pero por mucho que lo intentaban las tormentas seguían y las focas no se aproximaban a la aldea. En aquella aldea vivía un joven llamado Taligvak que desafortunadamente nadie quería y que vivía solo fuera del poblado, lejos de los demás. Taligvak era muy pobre y debido a esto nadie en el pueblo quería ofrecerle ni entregarle agluna hija para que se desposara con ella. Por esta razón Taligvak vivía en un iglo pequeño que se había construido el solo y en el que solo cabia el a duras penas ya que no podía ni siquiera acostarse en el suelo. Así que tenía que dormir sentado. Para acabar de ajustar Taligvak pasaba mucho frio ya que no tenía lampara de grasa y permanentemente sus guantes se cubrían de escarcha y tenía que calentarlos con sus cuerpo mientras dormía
     
    En el pueblo se decía que Tallgvak era un mago poderoso y que dominaba extrañas fuerzas que lo ayudaban a hacer cualquier cosa que se propusiera. Algunos decían que siempre se le veía invocando los espíritus de el aire y de la oscuridad para darle capcidades que iban más allá de lo comprensible. Por esta razón todos preferían alejarse de el y mantenerlo a distancia. Sin embargo, ahora que el hambre era agoiante , se preguntaban si no debían pedirle ayuda.
     
    La gente se reunió en el qalgie, el gran iglú ritual, para analizar si podían acercarse al joven Tallgvak y después de una amplia discusión decidieron enviar tres hombres para que invitaran al joven mago al galgie 
    Cuando los tres hombres llegaron al iglú de Taligvak, solo uno entro ya que los otros dos se morían de miedo y se quedaron afuera. 
     
    Entrando en el iglú el emisario dijo 
     
    -Taligvak, la gente del pueblo quiere que vayas al qalgie. Ven a verles.
     
    Taligvak guardó silencio durante un rato. Luego respondió:
     
    -Como podas ver el viento esta trayendo una tormenta y hace mucho frio. Desafortunadamente no tenga nada caliente que ponerme y ni siquiera tengo guantes o botas. Simplemente no puedo ir. 
    Al oír su negativa tan perentoria, los mensajeros se regresaron al qalgie y explicaron porque no podían traer al joven Tallgvak. Entro todos recogieron algunos guantes y botas y se la enviaron con una mujer que lo convencio de ponérselas y caminar hasta el gran iglú
    Taligvak entró en el iglú agachado ya que estos iglúes tienen una pasillo muy bajo, pero no entro a la sala donde lo esperaban y desde allí observaba a los allí reunidos. Los hombres del pueblo lo miraron, lo saludaron y luego el líder de ellos le 
     
    -Muchacho. Si Quieres un iglú caliente; podras quedarte con nosotros en el iglo y te daremos buena ropa, guantes y pieles calientes pero a cambio te pediremos que hagas un agujero aquí adentro en el hielo y que hagas venir a las foca.. Nos vamos a morir de hambre, seguro. ¡Cógenos algunas focas!
    Taligvak se quedó algún tiempo donde estaba. Luego camino hasta la  pared del qalgie y se arrodilló en el hielo frio. 
    -No miréis lo que hago -ordenó a la gente-. Tenéis que poneros a bailar.
    La gente empezó a cantar y bailar mientras él hacía el agujero en el hielo. Sopló en el hielo una y otra vez, y la fuerza mágic

    • 12 min
    557. El arbol que habla (infantil)

    557. El arbol que habla (infantil)

    Juan David Betancur
    elnarrodororal@gmail.com

    Había una vez un lobo en la selva que frecuentemente no encontraba nada para comer. Un día, cuando estaba afuera paseando, encontró a un árbol que tenía unas hojas que parecían caras de personas. Se acercó al arbol y escuchando atentamente pudo oír como las hojas del arbol hablaban entre si. 
    El lobo se asustó y dijo:
    -Hasta el día de hoy nunca me había encontrado con algo tan raro como un árbol hablante.
    Tan pronto como hubo dicho estas palabras, alguna cosa que no pudo ver lo golpeó y lo dejó inconsciente. No sabía durante cuánto tiempo había estado allí tendido en el suelo, pero cuando despertó estaba demasiado asustado para hablar. Se levantó inmediatamente y empezó a correr.
    El lobo estuvo pensando acerca de lo que le había ocurrido y se dio cuenta de que podía usar el árbol para su provecho. Se fue paseando de nuevo y se encontró a un antílope. Le contó lo del árbol que hablaba, pero el antílope no le creyó.
    -Ven y lo verás tu mismo -dijo el lobo- pero cuando llegues delante del árbol asegúrate de decir estas palabras: “Hasta el día de hoy nunca me había encontrado con algo tan raro como un árbol hablante”. Si no las dices, morirás.
    El lobo y el antílope se acercaron hasta el árbol que hablaba. El antílope dijo:
    -Has dicho la verdad, lobo, hasta el día de hoy nunca me había encontrado con algo tan raro como un árbol hablante.
    Tan pronto como dijo esto alguna cosa lo golpeó y lo dejó inconsciente. El lobo cargó con él a su espalda y se lo llevó a casa para comérselo. “Este árbol que habla solucionará todos mis problemas”, pensó el lobo. “Si soy inteligente nunca más volveré a pasar hambre.”
    Al día siguiente el lobo estaba paseando como de costumbre. Al cabo de un rato se encontró con una tortuga. Le contó la misma historia que le había contado al antílope, y la llevó hasta el lugar. La tortuga se sorprendió cuando vio al árbol hablante.
    -No creía que esto fuera posible -dijo- hasta el día de hoy nunca me había encontrado con algo tan raro como un árbol hablante.
    Inmediatamente fue golpeada por algo que no pudo ver y cayó inconsciente. El lobo la arrastró hasta su casa y la puso en una olla. Pensó en hacer una estupenda sopa.
    El lobo estaba orgulloso de sí mismo. Después del antílope y la tortuga cazó un ave, un jabalí, y un ciervo. Nunca antes había comido mejor. Siempre usaba la misma estrategia. Contaba a sus presas que debían decir que nunca antes habían visto a un árbol hablar y que si no lo decían morirían. Todos ellos hicieron lo que el lobo les dijo y todos ellos quedaron inconscientes. Luego el lobo cargaba con ellos hasta su casa. Era un plan perfecto, él lo creía simple e infalible, y agradecía a las estrellas el hecho de haber encontrado a ese árbol. Esperaba comer como un rey durante el resto de su vida.
    Un día, que se sentía con algo de hambre, el lobo fue a pasear de nuevo. Esta vez se encontró con una liebre. El lobo le dijo:
    -Hermana liebre, he visto algo que tú no has visto desde el tiempo de tus antepasados.
    -Hermano mayor, ¿qué puede ser? -preguntó la liebre.
    -He visto un árbol que habla en la selva -dijo el lobo.
    Contó la misma historia de siempre a la liebre y se ofreció para llevarla a ver ese árbol hablante. Fueron juntos hasta el lugar. Cuando se acercaban al árbol el lobo le dijo:
    -No olvides lo que te he contado.
    -¿Qué me contaste? -preguntó la liebre.
    -Lo que debes decir cuando llegues junto al árbol, o si no , morirás -dijo el lobo.
    -¡Oh!, sí -dijo la liebre-.
    Y empezó a hablar con el árbol.
    -¡Oh!, árbol, ¡oh!, árbol -dijo-. Eres un árbol precioso.
    .No, esto no -dijo el lobo.
    -Perdona -dijo la liebre. Entonces habló de nuevo-. Árbol, ¡oh!, árbol, nunca pensé que pudieras ser tan maravilloso.
    -¡No, no! -dijo el lobo- no un árbol precio

    • 7 min

Customer Reviews

5.0 out of 5
5 Ratings

5 Ratings

Top Podcasts In Kids & Family

Calm Parenting Podcast
Kirk Martin
Good Inside with Dr. Becky
Dr. Becky Kennedy
Greeking Out from National Geographic Kids
National Geographic Kids
Mysteries About True Histories (M.A.T.H.)
Starglow Media / Atomic Entertainment
Circle Round
WBUR
Brains On! Science podcast for kids
American Public Media

You Might Also Like