A pesar de la manera un poco casual en la que la banda cobró forma, Derek & The Dominos fue uno de los vehículos más electrizantes que jamás encontró el talento de Eric Clapton. El disco tiene mucho de celebración entre amigos y captura con contagioso entusiasmo un blues-rock a veces relajado, pero otras tantas de una volatilidad que apunta directamente a Hendrix. Y el duelo de guitarras entre Clapton y Duane Allman en “Layla” lleva la tensión emocional de la canción a dimensiones desconocidas.
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