La carrera de Danny Elfman, que lo ha llevado del rock experimental de Oingo Boingo a componer bandas sonoras tan populares como El extraño mundo de Jack, es una de las más variadas que se puedan imaginar. Aquí descubre su faceta más cercana a los compositores tradicionales con un concierto para violín y un cuarteto de piano. Las conexiones con su música para el cine son evidentes, desde los motivos melódicos hasta esas atmósferas envolventes, pero Eleven Eleven se inspira en el lirismo del romanticismo tardío y en los hallazgos rítmicos y armónicos del siglo XX. El resultado es música tan accesible como profundamente evocadora. Por su parte, el Cuarteto para piano (Piano Quartet es una exuberante pieza llena de recovecos, variaciones y una deliciosa efervescencia armónica.