Es probable que After the Gold Rush sea el primer álbum multiplatino grabado en un sótano, pero lo más importante es que suena así. Young encontró el estilo que lo definió durante los siguientes 50 años: intuitivo, directo, un poco desordenado, pero con una conexión confiable con lo que se sentía como verdades más profundas. Cuando, ante su solicitud para tocar el piano, el reconocido guitarrista Nils Lofgren respondió que no sabía cómo hacerlo, a Young le pareció que ese era el perfil que estaba buscando. El optimismo de los 60 se estaba disipando en el golpe que supuso la guerra de Vietnam y sus estragos ecológicos. Entonces Young dio el paso, ahora común, de comprometerse con su entorno al retirarse a un lugar más tranquilo y más desesperado (“After the Gold Rush” ). De ahí proviene su tono que nos lleva de Elliott Smith a Bon Iver. James Taylor y Joni Mitchell se podían quedar con la sofisticación: Young iba a rimar “burning” con “turning” y “fly” con “sky” una y otra vez.