Al contrario de lo que su nombre artístico podría sugerir, las canciones de Carlos Sadness son soleadas píldoras de indie pop con melodías efervescentes. En Diferentes tipos de luz, que mantiene las referencias espaciales que ya son marca de la casa, las influencias tropicales y africanas que salpicaban sus grabaciones anteriores son más evidentes que nunca, desde el optimismo irreprimible de “Física moderna” hasta los “Volcanes dormidos”. Entre medias, hay indie pop (“El relámpago”), homenajes a la pintura (“Kandinski”), baladas acústicas (“Silencio antiguo”) y folk de exquisita fragilidad (“Longitud de onda”).